He de admitir que soy ecléctico.
Entre los ´80 y ´90 tuve un amigo al que aprecié
mucho. Una gran persona que se dedicaba a restaurar autos. Hombre de gustos
bien definidos y fuertes principios. Gustos definidos respecto de los autos,
que situaban a los de procedencia inglesa e italiana en vanguardia. Principios
tales como que, en ninguno de sus autos, podía haber pieza alguna que proviniese
de un Citroën. Ni siquiera un humilde tornillo. O que, en ocasión de la llegada
al taller un espectacular 300 SL Gullwing, expresara que era una máquina extraordinaria,
pero que lo tenía que revisar un señor alemán.
Me daba mucho gusto escucharlo. Era como una
enciclopedia viva de la historia y la técnica automotriz. Las últimas charlas
de sobremesa, en su retiro de Punta de Este, fueron memorables. Entre las anécdotas
de sus últimas experiencias en las Mille Miglia italianas a bordo de un soberbio
Bentley 1928, y las correspondientes a su juventud montando los primeros IKA en
la Argentina. Una verdadera delicia de los buenos viejos tiempos, que atesoro
en mi memoria.
A él le oí por primera vez que los autos tenían
vida. Eso me proporcionó el gran alivio de deducir que no estaba loco, o que al
menos mi locura era compartida. Desde ya que no se refería a los actuales
productos de elaboración masiva, armados por impersonales robots, y concebidos
respondiendo únicamente al afán de lucro de las empresas y las normas de
seguridad. Los que nos seducen son aquellos frutos de la pasión, construidos
por manos comprometidas con un proyecto. Por aquellos que dejaron sus huellas y
parte de su ser impregnados en el resultado final. Autos que luego recibieron
el afecto de sus propietarios, usuarios y restauradores, junto a los roces de
sus batallas. Aquellos que hemos sentido “retornar a la vida” –léase poner en
marcha- con nuestras manos impregnadas en aceite, el aroma de la nafta en
nuestras narices, y cierta emoción a la altura del pecho.
Esas son las emociones que intento plasmar y
transmitir en mis obras, con mayor o menor resultado. No obstante, mis
eclécticos principios siguen incorporando, tanto a nobles ingleses, fogosos
italianos, rigurosos alemanes, como a los 2cv que gustaba dibujar en mi
infancia y voluntariosos americanos.
Título: "Lagonda M45 Tourer 1934".
Técnica: Pastel al óleo sobre MDF.
Dimensiones: 65 cm. x 90 cm.
Año / Year: 2013
Título: "British Pin Up" Austin Healey & girl.
Técnica: Pastel al óleo sobre tela.
Dimensiones: 95 cm. x 70 cm.
Año: 2014
Título: "En carrera" Alfa Romeo Giulietta.
Técnica: Lápiz grafito sobre papel.
Dimensiones: 29,7 cm. x 21 cm.
Año: 2014
Título: "Desde niño" Citroen 2cv 1963.
Técnica: Lápiz grafito sobre papel.
Dimensiones: 29,7 cm. x 21 cm.
Año: 2014
Título: Mercedes-Benz 300 SL Gullwing.
Técnica: Lápiz grafito sobre papel.
Dimensiones: 29,7 cm. x 21 cm.
Año: 2015